lunes, 19 de noviembre de 2012

Gota a gota, la mar se agota

Una de las fuentes de La Alhambra
Foto: Mamen Montero
“Érase una vez una gota de agua que cayó del cielo y mojó la copa de un árbol del bosque…” Así comienza un pequeño relato educativo escrito por Feliciano Pla Xiberta. Desde hace años, el medio ambiente ha sido un tema que ha ocupado la agenda de todos los gobiernos del mundo, o al menos, eso es lo que han querido demostrar. Aunque es un tema preocupante, y con el que nos bombardean casi diariamente en la actualidad, parece no llegar su fin.

¿Cuántas veces escuchamos palabras como ahorro, cambio climático, calentamiento global, contaminación, agotamiento de las reservas, sequías, inundaciones…? Me apuesto a que todos hemos escuchado cada una de ellas al menos una vez en nuestra vida. Incluso me atrevería a decir que la mayoría de los seres humanos somos conscientes del problema que todo ello supone. No obstante, parece mentira que esto sea así, y a pesar del bombardeo que nos ofrecen diariamente los medios de comunicación, acerca de estas cuestiones, resulta que nada de ello es suficiente para cambiar el transcurso de este proceso tan desastroso.

Miles de organizaciones realizan un trabajo de concienciación espectacular, intentando hacer ver a la sociedad la dura realidad. No sé si será una venda que tenemos en los ojos, o si las consecuencias de la contaminación no nos dejen ya ver más allá de la inmundicia y la suciedad que inundan nuestros campos, playas, mares y ríos. Sin embargo, de lo que estoy realmente segura es, que todos debemos quitarnos esa venda, o abrirnos paso en ese mar turbio, y así, poner nuestro granito de arena para conservar vivo nuestro medio ambiente. Para entonces la gota de agua ya estará sucia, pero al menos habremos evitado que caiga en suelos desérticos y que el cuento no tenga un final tan triste. Pero “…nuestra gota nunca volvió a mojar la copa de un árbol del bosque, porque el bosque había desaparecido”.


1 comentario:

Anónimo dijo...

La solución de los problemas del agua, como la mayoría de las cosas de este mundo, están regidas por muchos intereses que están en manos de las grandes organizaciones políticas, industriales, etc, el ciudadano de a pie solo puede aportar, y en muchos casos aporta, su granito de arena, pero se ve que los intereses de los grandes superan a los de la conservación del planeta, mientras esto sea así poco se puede hacer por Nuestra Burbuja Azul. Bonito texto, todo lo que se haga en defensa del medio ambiente merece un aplauso. Aplausos para ti y un saludo de AMérida.